Iain se está convirtiendo en un maniático del orden y además le encanta dar órdenes. Cuando ve algo que no está en su sitio (cosa que ocurre muy a menudo), no para hasta que lo colocamos en su lugar. Si ve las puertas de los armarios abiertas, las cierra y, si son demasiado grandes, nos lleva de la mano hasta ellas, para que lo hagamos nosotros. Si se encuentra un objeto de desecho, sabe identificarlo perfectamente, lo coge y lo lleva él mismo a la basura. Recicla el papel y tira a la basura sus propios pañales. Hoy por ejemplo, nos hemos bañado juntos. Estábamos chapoteando tanto que el suelo se estaba poniendo perdido de agua. En esas que el enano me señala la cortina para que la extienda. Esto por citar algunos ejemplos. Y va siempre por ahí con el dedo índice en posición, dispuesto a mandar, tanto si quieres como si no. Porque sabe cómo hacer para que le obedezcas. Cuando sepa hablar, quizá tendría que pedirle algunos consejos… Lo mejor es cuando a veces, después de cenar está tan cansado que señala la cuna para que lo pongamos a dormir. Es la única orden que obedecemos a gusto. De vez en cuando también tiene algún arrebato de educación, como cuando tose y se pone la mano en la boca. Y eso que no le hemos llegado a decir que lo haga, se nos ha adelantado.
Luigi Ceccaroni
A knowledge worker lost in a sea of data
Thursday, May 01, 2003
From Pilar: